EXAMÍNAME DIOS

¿Te atreves a orar en una manera que nunca has orado?

¿Con todo tu corazón, alma, mente, y la extensión completa de tu ser? ¿Qué pasaría en tu vida y las vidas de aquel alrededor tuyo si tu comenzaras a orar oraciones peligrosas?

¿Te atreves a averiguarlo?

El Rey Saúl falsamente acuso a David de traicionar y envió todas sus fuerzas detrás de David en repetidos intentos de tomar su vida. Con todo su corazón, David quería agradar a Dios. Él peleo en contra de su enojo para poder proteger y demostrarle honor al rey. Todavía sabiendo que sus motivos no eran siempre perfectos, David rindió su corazón ante Dios y oro una de las oraciones más vulnerables, transparentes y peligrosas que jamás escucharás. Queriendo honrar a Dios en cada aspecto de su ser, David oró, «Examíname, oh, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame por el camino eterno» (Salmos 123: 23-24)

No solo es esta oración difícil de orar, pero es incluso más desafiante aplicarla y vivirla. Porque si tienes el valor de orarla, entonces necesitaras ejercitar el valor para vivir lo que Dios te muestre en respuesta. Así que no la ores si no lo sientes realmente.

Se advertido, esta oración tiene el potencial de convencerte. De corregirte. De redireccionar tu vida. De cambiar la manera en la cual te ves a ti mismo. De cambiar como ves a los otros.

Quizás aún están pensando que no es gran cosa. Quizás te estas preguntando porque deberías de preguntarle a Dios que examine tu corazón cuando él ya sabe todo lo que está dentro de ti. Tú sabes lo que está allí dentro.

Él sabe lo que está allí dentro. ¿Así que para qué preguntar algo tan obvio?

Aquí es donde se vuelve difícil. En la superficie, pareciera que nosotros conoceríamos nuestro propio corazón. ¿Verdad? Yo conozco mis motivos. Yo sé lo que es más importante. Yo sé porque hago lo que hago. De por sí, tu podrías decirte a ti mismo, yo tengo un buen corazón. Yo no estoy intentando herir a las personas. Yo quiero hacer lo que es bueno. Mi corazón es bueno. Estoy orando, ¿o no?

Pero la palabra De Dios revela lo opuesto. Podría ser una conmoción la primera vez que lo escuches, pero Jeremías nos dice una verdad clara. Jeremías era el hijo de un sacerdote Levítico que nació alrededor de 650 AC. Durante el reinado del Rey Josías Dios levanto a este joven profeta para que tomara la Palabra de Dios a Israel y las naciones. Jeremías de plano dice que usted- junto con él y todos los demás- no tenemos un buen corazón. De hecho, no solo tu corazón no es bueno, sino que tu corazón es perverso y pecaminosos en todos sus caminos. «El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?» (Jeremías 17: 9 NTV)

Sin Cristo, tu corazón es engañoso. Entre más nos acercamos a Jesús, más nos enfrentamos con nuestros defectos. Orgullo. Egoísmo. Lujuria. Adicción. Un espíritu de crítica.

Orar esta oración peligrosa puede abrir un canal de comunicación con Dios. En lugar de simplemente pedirle a Dios que haga algo por tipo, pídele que te revele algo a ti. Este momento de verdad con Dios puede que no te cambie de inmediato, pero te ayudara a reconocer tu necesidad espiritual y redireccionará tu vida.

Es por esto por lo que esta oración de David es locamente peligrosa.

«Examina mi corazón, Señor.»

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