Tantas personas viven cargando con el temor en sus vidas, temerosas de la gente, del fracaso y de otras cosas. Pero hoy quiero animarte como Pablo a que sigas liderando, pastoreando, predicando y avanzando, trabajando duro porque Dios no te dio un espíritu de temor, sino de poder, amor y autodisciplina.
La pregunta es ¿qué estás cargando en tu vida? ¿cargas temor o cargas con el espíritu de poder, amor y autodisciplina que Dios te ha dado?
La segunda carta de Pablo a Timoteo es fascinante cuando entendemos el contexto en el que fue escrita. Timoteo era un líder joven a cargo de una mega iglesia y vivía rodeado de personas que no lo creían capaz de liderar a tanta gente. En cuanto a Pablo, se dice que se encontraba en la cárcel al escribir esta carta, pero no solamente eso, sino que se sospecha que estaba atravesando su última semana de vida.
Si nos ponemos a pensar, Pablo pudo haberse rendido ante la incertidumbre y la oscuridad que lo rodeaba. Pero en medio de todo eso, tomó la decisión de no enfocarse en su situación, sino que, tomando pluma y papel, escribió una carta que no sólo animaría a los creyentes en Éfeso y en esa época, sino que también nos animaría a nosotros, miles de años después. Pablo decidió no rendirse a su situación.
Sabiendo que Timoteo pasaba por persecución y desafíos, Pablo le recuerda que todo lo que necesita para avanzar y seguir adelante ya está dentro de él, y que Dios no le dio un espíritu de temor.
Es lamentable ver a tantos creyentes vivir con lo que Dios no les ha dado, en lugar de vivir con aquello que Dios sí les regaló.