Depender de algo o de alguien significa estar sujeto a sus condiciones, limitaciones o restricciones. Significa también estar bajo la protección, el mandato o la autoridad de esa persona.
Cuando las dependencias no son saludables, uno piensa que no puede vivir, avanzar o disfrutar de la vida sin ellas. Pero hoy quiero presentarte un pensamiento que Dios puso en mi corazón y creo que traerá libertad a tu vida:
Tenemos que aprender a depender de Dios en todo momento. Así como Dios le dijo a Abraham que Él es más que suficiente y la fuente de toda bendición, te lo está diciendo también a ti.
Como seres humanos, corremos a mil kilómetros por hora, pensando que lo podemos hacer todo. Pero es cuando llegamos al final de nuestras fuerzas, cuando decimos “no puedo más”, que Dios puede intervenir. En ese momento estamos exactamente donde Él quiere que estemos, la posición en la cual dejamos de intentar y empezamos a descansar en Él.
Si sientes que hoy has llegado al final de tus fuerzas, alégrate, porque estás en el lugar correcto. Puede que hayas gastado toda tu energía intentando tener el control de las cosas o lograr que todo te vaya bien, pero no olvides que Dios es más que suficiente para cada área de tu vida, es la fuente de toda bendición.
En el Antiguo Testamento, vemos vez tras vez cómo el pueblo de Dios dejó de depender. Moisés, hombre de Dios, un líder de multitudes, la persona que Dios usó para sacar de Egipto a los israelitas, sube al monte para recibir los diez mandamientos.
Al ver que aún no vuelve, los israelitas impacientes, se acercan a Aarón para pedirle que les fabrique un dios al cual adorar y agradecer por haberlos sacado de Egipto.
Entonces Aarón, la mano derecha de Moisés, también un líder, en lugar de objetar y decirle al pueblo con convicción que eso no es lo correcto, se rinde y, luego de recolectar el oro, les fabrica un becerro.
Los israelitas dependían de un hombre en lugar de depender de Dios. Moisés se tomó más tiempo en volver del que ellos esperaban, y quedaron desorientados hasta el punto de olvidarse de Dios y fabricarse un dios nuevo al cual adorar.
El ser humano es imperfecto y te va a fallar. Por eso es tan importante entender que nuestro Dios es relacional, que podemos depender totalmente de Él y que tenemos acceso directo a Él por medio de Cristo Jesús.
¿Dependes totalmente de Él?