Hay una muy buena pregunta para considerar: «¿Liderar personas es algo que quiero hacer o es parte de lo que soy»?
Tu respuesta es importante porque la mayoría de los líderes llenan sus planes de desarrollo con objetivos para hacer.
Los líderes más influyentes comienzan por el quién y dejan que después fluya de ahí el qué hacer.
Incluso para los estándares seculares, podría decirse que Jesús es el líder más influyente que jamás haya existido. Solo trabajó en el espacio público durante tres años y en ese tiempo ganó decenas de miles de seguidores. Dos mil años después, el libro más vendido de todos los tiempos cuenta la historia de Su vida, y millones de personas de todas partes del mundo han comprometido completamente sus vidas a seguirlo.
Siete veces en el libro de Juan, Jesús declara poderosamente quien es. Notarás que cada declaración encaja perfectamente con lo que hizo, y aun hace, en nuestro mundo.
Cuando sepas quién eres, sabrás qué hacer. Podrías preguntarte más específicamente, «¿Qué haría la persona que quiero ser?» Sea lo que sea aquello que decidas hacer, te recomiendo que empieces poco a poco. Realizar pequeñas disciplinas de manera consistente conduce a grandes resultados con el tiempo. Si quieres ser un líder que se preocupa por los demás, tal vez puedas escribir al menos una nota de ánimo al día. Si quieres ser una persona organizada, quizás puedas empezar a hacer tu cama. Si quieres ser un líder que sigue el corazón de Dios, probablemente quieras comenzar hablando con Él cada mañana.
Haz lo que te lleve a convertirte en quien quieres ser como líder. Habla con Dios: Dios, Tú me creaste; me conoces. ¿Me darás las palabras para saber quién soy y la fuerza para saber qué hacer?